Revista Proceso 1207Negocios al amparo del gobierno de Coahuila
La mala fama del nuevo director de PemexAntonio J‡quez
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La designaci—n de Rogelio Montemayor Seguy como director de Petr—leos Mexicanos, a unos d’as de que concluy— su gubernatura en Coahuila, marca el regreso al primer c’rculo burocr‡tico de uno de los personajes m‡s cercanos al expresidente Carlos Salinas de Gortari, conspicuo representante adem‡s del binomio pol’tico-empresario.Pr—ximo a Salinas desde los tiempos de ambos en la Secretar’a de Programaci—n y Presupuesto (SPP), a finales de los setenta, Montemayor fue uno de los operadores del maquillaje estad’stico que facilit— el ascenso al poder de los tecn—cratas, en 1982. A la llegada de Salinas a la Presidencia, Montemayor fue desplazado de la Žlite administrativa pero se le allan— una carrera pol’tica de vŽrtigo: diputado federal (1988), dirigente de la Liga de Economistas Revolucionarios (1989), coordinador del Programa Nacional de Solidaridad en Coahuila (1990), senador (1991) y gobernador (1993-99). En Coahuila, el exgobernador y su familia Ñincluidos su esposa Lucrecia Solano y su hermano Jesœs Mar’a MontemayorÑ dejaron a su paso una larga cola de dudas, acusaciones, y huellas de corrupci—n y de negocios al amparo del poder, segœn investigaciones period’sticas y denuncias de opositores. La llegada de Montemayor a Pemex se explica por su cercan’a con Salinas, afirma el empresario lagunero Alejandro Gurza, "pero tambiŽn por los apoyos al Partido Revolucionario Institucional,para aplastar a los panistas en los comicios estatales de septiembre y para favorecer a Francisco Labastida en la contienda interna". Conjetura Gurza: "Por esos antecedentes y dada la secrec’a con que se manejan las cuentas de Pemex, especialmente las que se refieren a sus operaciones en el extranjero, cabe pensar que esta empresa ser‡ la caja chica del PRI en las elecciones del 2000. La oposici—n debe estar alerta y demandar una investigaci—n a fondo sobre Montemayor, en la que se explique, por ejemplo, el auge del narcotr‡fico en municipios como San Pedro y Torre—n". Segœn acaba de revelar El Diario de Coahuila con base en documentos del Registro Pœblico de la Propiedad, Montemayor realiz— negocios particulares jugosos en su tierra adoptiva, en empresas de todo tipo: financieras, agroqu’micos, constructoras y hasta una naviera. En carta-desplegado publicada en ese peri—dico saltillense, el martes 14 de diciembre, Montemayor asegur—: "En mi situaci—n patrimonial no hay nada oscuro". Explic— que los negocios provienen de la herencia paterna y son manejados "en el marco de la ley" por sus hermanos. Pero no explic— c—mo casi todos los negocios se constituyeron y/o prosperaron a lo largo de su gubernatura. "Es un nombramiento muy preocupante", se–ala el senador coahuilense Rosendo Villarreal, dirigente del Partido Acci—n Nacional. "No se le conoce a Montemayor experiencia en el ramo petrolero... a menos que se considere como tal su intervenci—n m‡s o menos encubierta en la privatizaci—n de Fertimex."
El encuentro con SalinasMontemayor no parec’a tener un destino convergente con el de Carlos Salinas. Nacido en el Distrito Federal (1947), estudi— dos licenciaturas simult‡neamente, en Monterrey, de 1965 a 69: psicolog’a en el Colegio Labastida, y Econom’a en el Tecnol—gico de Monterrey. De 69 a 70 cursa en el Tec una maestr’a en administraci—n, y, de 70 a 72, hace una maestr’a en econom’a en la Universidad de Pensilvania. Pero en 1979 se cruzan las trayectorias de Salinas y Montemayor, en la SPP. Dos a–os despuŽs, en el verano de 1981, se vuelven c—mplices en el operativo estad’stico dise–ado en la Secretar’a TŽcnica del gabinete econ—mico, cuando se manipularon cifras para favorecer las aspiraciones sucesorias de Miguel de la Madrid, enga–ando al propio presidente JosŽ L—pez Portillo respecto al tama–o del dŽficit fiscal, segœn Jorge G. Casta–eda, en una versi—n ampliada de su libro La herencia, y documentos recabados por Proceso (1187). Entre los economistas que "empujaban el l‡piz" de Salinas Ñse–ala Casta–edaÑ destacan Montemayor, Manuel Cavazos Lerma y Aar—n Dychter. De hecho, a la salida de Salinas de la citada Secretar’a TŽcnica, para irse a la campa–a de De la Madrid, fue reemplazado por Montemayor. Quiz‡ por esa experiencia en el maquillaje de cifras, durante el sexenio de De la Madrid, Montemayor fue ubicado en distintas posiciones en el INEGI: director general de Pol’tica Econ—mica y Social, subsecretario de Planeaci—n del Desarrollo y presidente, de 85 a 88. En el sexenio de Salinas, sin embargo, por supuestas intrigas de compa–eros de equipo, Montemayor fue sacado del c’rculo presidencial y remitido a Coahuila. Segœn Gurza, Montemayor "ense–— el cobre" desde su campa–a electoral, lig‡ndose con toda clase de empresarios, a los que luego recompens— con posiciones en su gabinete. Un caso aparte fue su relaci—n con el Grupo Aztl‡n, brazo saltillense del c‡rtel del Golfo, apunta el senador Rosendo Villarreal. "La toma de posesi—n de Rogelio (diciembre de 93) fue en un sal—n del capo Juan Chapa Garza, uno de cuyos socios le facilit—, adem‡s, un avi—n durante su campa–a". Se sabe ahora que Montemayor y sus familiares armaron negocios en Coahuila desde antes de su llegada a la gubernatura. As’, en abril de 1991, mientras hac’a campa–a para la senadur’a, Montemayor se dio tiempo para formar Desarrollo Industrial Las Palomas, empresa especializada en la crianza de ganado fino; entre sus activos destaca el rancho Las Palomas, uno de los mejores productores de ganado en la especie Charol‡is. En febrero de 1992, Montemayor y su esposa traspasaron sus acciones de Las Palomas a sus hijos; de manera extra–a, las actas correspondientes se inscribieron en el Registro Pœblico hasta cinco a–os despuŽs, en enero de 1997. De todas maneras, Montemayor sigue figurando como apoderado legal de la sociedad; recientemente, en agosto de 1999, entreg— un poder general a favor de su hermano Edilberto. Durante su operaci—n, Las Palomas ha recibido por lo menos un crŽdito gubernamental, por 800 mil (viejos) pesos, en diciembre de 1992, del Fondo de Garant’a y Fomento para la Agricultura, Ganader’a y Avicultura. Adem‡s, se ha expandido a giros colaterales como las sociedades an—nimas Forrajera Progreso, Capricultores del Norte y Agropecuaria R’o Sabinas. Los Montemayor incursionaron, tambiŽn, en el rubro financiero. Aprovechando la fiebre de uniones de crŽdito que se dio durante el salinismo, constituyeron la suya: Uni—n de CrŽdito Fomento Agropecuario Industrial y Comercial, en la que aparece como representante legal Edilberto Montemayor. Esa uni—n sirvi— para favorecer otras empresas de los Montemayor, como la sociedad an—nima Metales Procesados, que recibi— un crŽdito de casi 9 millones de pesos. Igualmente, asociados con Nacional Financiera, los Montemayor formaron en 1991 una Sociedad de Inversi—n de Capitales (Sinca), bajo el nombre de Promotora Industrial de Capitales; la familia Montemayor Seguy es la accionista principal, con un capital social equivalente a 21 millones de d—lares. La œltima asamblea inscrita de esta Sinca fue en junio de 1998, y a ella comparecieron todos los accionistas, incluido Rogelio Montemayor.
M‡s negociosOtro negocio familiar importante es Minera Montemayor, constituida en 1991 y en la que figuran, como presidente y vocal, los hermanos Jesœs Mar’a y Rogelio, respectivamente. El consorcio recibi— al menos un prŽstamo por 2 millones de d—lares del Banco de CrŽdito Rural del Centro-Norte, con sede en Torre—n, que pudo reestructurar en 1996 en condiciones de privilegio: se le otorgaron tres a–os de gracia. Segœn la investigaci—n de El Diario, Minera Montemayor "mantuvo por mucho tiempo la exclusividad en la explotaci—n y venta de carb—n a la Comisi—n Federal de Electricidad". En marzo de 1996, los Montemayor se asociaron con empresarios de Torre—n para constituir LEASE Autofinanciamiento, con el objeto de "venta de paquetes de materiales para construcci—n de casas; fabricaci—n, montaje y acarreo de prefabricados de acero; y obtenci—n y concesi—n de prŽstamos con y sin garant’a". Entre los socios est‡ el empresario lechero Ram—n Iriarte, presidente del Consejo Nacional Agropecuario. Se ha documentado tambiŽn, que a travŽs de varias empresas, entre ellas Impulsora y Promotora de Sabinas, los Montemayor se apoderaron de las reservas territoriales de Torre—n que le quedaban a Coproder, organismo pœblico que ya hab’a sido bot’n de varios alcaldes. Adem‡s, en Torre—n ha llamado la atenci—n el despegue y desarrollo del parque industrial Lajat al amparo del gobierno de Montemayor, por lo que se dice que en realidad es negocio suyo y no de L‡zaro Bello, que es el que da la cara como propietario. El parque se asienta en terrenos ejidales velozmente urbanizados, arranc— con un crŽdito de Bancomext y fue uno de los proyectos punteros de la taiwanizaci—n de Coahuila que impuls— Montemayor durante su gesti—n (Proceso 1191). Gurza cuenta otra historia de Torre—n: "Hay un nuevo desarrollo que se llama Montebello, con campo de golf y toda la cosa; y todo mundo dice que es otra de las sociedades de Rogelio Montemayor y L‡zaro Bello. Es una de las investigaciones pendientes, lo mismo que la presunta sociedad de Rogelio con Jesœs Mar’a Ram—n, maquilador del norte del estado que contendi— por la candidatura pri’sta a la gubernatura impulsado por Montemayor". Esa versi—n es apuntalada al menos por un dato: El gobierno de Montemayor vendi—, a precios ’nfimos, terrenos colindantes con la presa La Amistad a Jesœs Mar’a Ram—n; la operaci—n se cancel— presuntamente luego de que los diarios El Norte (de Monterrey) y Palabra (de Saltillo), denunciaron los hechos. Otro episodio oscuro en la historia empresarial de los Montemayor es su participaci—n en la privatizaci—n del complejo industrial Pajaritos de Fertilizantes Mexicanos. En noviembre de 1996, El Norte y Reforma revelaron que Rogelio Montemayor y tres de sus hermanos intermediaron la privatizaci—n de Pajaritos, a travŽs de la empresa Servicor, "en condiciones sumamente favorables: sin competencia alguna pagando una cifra apenas encima del m’nimo aceptable para el gobierno". Pero tras haber ganado la licitaci—n de Fertimex, en mayo de 1992 Servicor, supuestamente, cedi— sus derechos de compra a cuatro empresas del Grupo Acerero del Norte (GAN), consorcio que se hizo de Altos Hornos y que la llev— a la quiebra en circunstancias aœn no aclaradas pero en las que tambiŽn hay huellas del expresidente Salinas: La venta a precio de ganga de esa siderœrgica a amigos suyos levant— la acusaci—n Ñde dirigentes panistas y perredistas coahuilensesÑ de que el propio Salinas est‡ metido (Proceso 874). Tras la denuncia, Montemayor aleg— que no ten’a nada que ver en la privatizaci—n de Pajaritos, "es un infundio". Y acept— que s—lo es accionista de dos empresas "familiares": Grupo Automotriz Industrial del Norte y Fomento de Recursos del Norte. Pero segœn nuevas evidencias documentales, la familia Montemayor s’ se hizo de activos de Pajaritos a travŽs de empresas como Agro Inmuebles y Agro Qu’micos. Adem‡s, uno de los socios de Jesœs Mar’a Montemayor en la adquisici—n de Pajaritos, Jesœs Alejandro CuŽllar Robledo, revel— la participaci—n del exgobernador y su familia en esa operaci—n. Siendo gobernador, Montemayor neg—, en comunicado oficial, conocer a Robledo. Pero resulta que ambos fueron socios en la empresa Servicios Especializados de Sabinas. Adem‡s de sus empresas terrestres, los Montemayor constituyeron Transportes AŽreos de Coahuila y Naviera Ori—n. "Es un esc‡ndalo", exclama el senador Villarreal. "Pero en lugar de investigar a Montemayor, se le premia con el manejo de la empresa m‡s importante del Estado. El activismo de Montemayor en la precampa–a de Labastida levanta un interrogante serio: ÀUtilizar‡ Pemex a su nuevo director para surtir de fondos al candidato oficial? La discrecionalidad con la que se maneja esta paraestatal se presta a toda clase de enjuagues". ÑÀNo ve usted algo bueno en la gesti—n de Montemayor en Coahuila?
Ñse le pregunta al senador Villarreal. |